III

Aquellos días no volverán,
Las horas perdidas, así permanecerán.
Las flores marchitas, muertas aún estarán
Y mi existencia vacía seguirá.

Nunca más el viento tu voz traerá
Ni los campos de tu risa se cubrirán.
Ya tu alegría no podré admirar
Y mi corazón a sentir jamás volverá.

Tus ojos cerrados están
Y mis lágrimas ver no podrás.
No tengo una causa por la cual luchar,
Ni esperanza ni fe me habrán de cobijar jamás.

Abrazado por la soledad
Revivo recuerdos que sólo dolor me brindarán.
Vivencias que sólo hacen a mi corazón sangrar,
Un sufrimiento que no soy capaz de soportar.

Aquellos días no volverán,
Las cosas muertas jamás regresarán.
Contigo mi corazón he de enterrar;
En un grito desgarrador mi alma se perderá
Y por la vasta tierra vacío he de vagar.